A JESúS JAMBRINA

Hace tres años se publicó en este sitio web el comentario que sigue a esta introducción de diciembre de 2016, y lejos de haber sido tenido en cuenta por el poeta cubano escamado de los hermanos comunistas, luego acogido a las hermanas franciscanas de la Adoración Perpetua de Viterbo La Crosse Wisconsin USA, retorna al amplio Duero, supuesto asiento de sus antepasados decimonónicos, para revolver la historia y pervertir la memoria.

La simulación es un mecanismo psico-social de defensa tan válido como cualquier otro” (letras5.com), declara con osadía el activista cultural Jesús Jambrina. No tiene el mínimo respeto a los hechos y va de invasor como el caballo de Atila o del Gernika, pisoteando todo lo que encuentra a su paso. La frivolidad diletante con la que viene de veraneo a flirtear con lo suyo y meter el dedo en el ojo, buscando destrozar la cultura de estos pacíficos y pacientes habitantes de la ciudad de Zamora excede lo normal. Y es que hace como vergonzoso manipulador: a quien no se pliegue a sus pretensiones, lo tilda de anti-semita, ya sea autoridad local técnica, cultural, o política, ya sea este comentarista, con quien rechaza dialogar porque según dice, “Ud. no ama a los judíos”, por haberle comunicado algunas observaciones a su estrategia. Recurrir al Holocausto y a la Inquisición, para el negocio turístico sefardista es un miserable chantaje, y un flaco servicio a judíos, cristianos, herejes y paganos. Pues ya está amenazando con un quinto congreso de cabalistas y falsos conversos, para más recochineo en lo que fue casa matriz de la Orden de San Juan de Jerusalén y convento de las Comendadoras Hospitalarias, expulsadas por la inicua ley (M.Pelayo) del judío Mendizábal, convento hoy convertido en hotel nh palacio del Duero, por arte y parte de Francisco Somoza, y en julio de 2017, con reserva para falsos o verdaderos judíos o cristianos.

Jambrina va y conmina al Museo Provincial de Zamora a que muestre la importancia de vestigios materiales judíos en la ciudad, cosa que no encuentra entre las piedras del neolítico, los oros ancestrales de Arrabalde, los mosaicos romanos, los apretados arcos visigóticos, los historiados capiteles medievales, las filigranas del Renacimiento o el eclecticismo modernista.

A coro como niños de guardería emperrados, repiten en sus webs los sefardistas advenidos de la red de Tarbuts: “¡Queremos un museo judío en Zamora!”. Pues no constan vestigios materiales del paso de judíos por esta ciudad de Zamora, que pasaron, eso sí, para Fermoselle. Se han perdido, desaparecieron, como los de otros cincuenta edificios  cristianos medievales, por causas diferentes, en especial las leyes de exclaustración y desamortización del sefardista por los cuatro costados, Mendizábal, el mayor destructor del patrimonio histórico material e inmaterial de Zamora. Pues Jesús Jambrina se empeña en inventarse juderías, sinagogas, cementerios, baños, hanukia, llaves, sabios a manta y hasta un Maimónides zamorano. Ahora nos sale con rehabilitar una familia de falsos conversos, alguno dedicado a la trata de esclavos negros desde Cabo Verde en el siglo XVI. Estrategia que conocía muy bien Cervantes en Argel y Roma. Últimamente nos asombra Jambrina con los siete sabios de Zamora gigantes que son molinillos de viento olvidados hasta en la cultura hebrea por más que sople el argentino uruguayo newyorkino judío Pepe Bitton (“Giants are thus freaks or monsters who do not fit within the accepted parameters that govern society”, J.C.Reeves).

Jesús Jambrina, que profesa no ser persona religiosa, explota vergonzantemente el judaísmo reducido a turismo, y mueve la mala ciencia y conciencia del funcionario de instituciones públicas, más siendo alemán, para que le subvencionen sus razzias pseudoculturales en compañía del amiguete Haim que viene de Jerusalén, a lo que viene. Luego, alardea de intrusismo profesional, destroza la historia, y pone patas arriba el mapa de este viejo rincón que se le olvidaba al romancero.

Tan solo en el siglo XV consta documentado un conjunto de judíos en Zamora en el barrio de La Lanaentre una mayoría de cristianos con seis iglesias cristianas medievales. Los judíos como judíos, nunca tienen relevancia en la vida social de la ciudad de Zamora, ni para bien ni para mal. En espera de ofrecer un desarrollo fundamentado fehacientemente, he aquí algunos de los peñazos lanzados por este desaprensivo depredador de la historia, muñidor del Holocausto y la Inquisición en aras de una ruta turística imposible.

1) Una dicha "judería viexa" al sur entre el segundo y tercer recinto amurallado desde San Simón hasta las Pallas, cuando en el reducido cerco de 9 hectáreas en "la Horta", donde caben poco más de 100 casas medievales, coexisten desde el siglo XI al XIV en colaciones y parroquias cristianas, siete feligresías con numerosas cofradías cada una, fundadas en iglesias románicas, con tres monasterios y alberguería para pobres y viandantes. La plaza de Santa Lucía y derredores es territorio de propiedad eclesiástica total en el siglo XV en "casas con bodega, sus tiendas y poyos", corral, huerta y noria. Iglesias de oeste a este: San Simón, San Salvador de Curtidores, Santa Lucía, pegando están San Cipriano, San Andrés, Santa Olalla, y luego, en la orilla del Duero, San Julián del Mercado, San Leonardo, Santa María de Horta y Monasterio de Hospitalarias, y al final dentro aún del cerco almenado, el monasterio de Santo Tomé o Tomás de Canterbury (Cantuariense). Si esto es una judería que venga el Señor de todos y lo vea. Es toda una cristianería desde el siglo XI.

2) Una dicha "judería nueva" al norte en el barrio de La Lana desde el Arco de Doña Urraca hasta la Puerta de Santa Ana, con varias cofradías de profesionales cristianos entre seis feligresías en iglesias románicas coexistentes desde el siglo XI al XV con hospitales y alberguerías cristianas, hasta la enajenación del judío Mendizábal: San Bartolomé, San Antolín, San Esteban, La Trinidad, Santa Ana, y por fuera de San Torcad, el Santo Cristo. Esto es una cristianería con alguna mención de algún que otro judio morador en ella solo en el siglo XV hasta la expulsión.

3) Una supuesta judería en el casco antiguo del centro, desde San Ildefonso y Santa María la Nueva, a la Catedral y el Castillo. Y doce feligresías más desde la capilla del alcázar del rey en la torre norte, hasta el Burgo y la puerta de Santa Clara y San Miguel, asentadas en los numerosos templos cristianos documentados en el siglo XV, como capillas, monasterios, ermitas, conventos, albergues, hospitales, y parroquias animadas por decenas de cofradías de profesionales cristianos. Solo once templos quedaron en la zona para restaurar en planes arquitectónicos turísticos de "la Zamora románica".

4) Una falsa judería al noroeste en la Vega del Valderaduey “Las eras”, donde con escasísima población hasta hoy mismo coexistieron desde el siglo XI al XVIII seis feligresías en sendas iglesias románicas, con monasterios y hospitales cristianos de San Claudio de Olivares a San Lázaro: Santiago de los Caballeros, Santa Susana, Nuestra Señora de la Vega, Nuestra Señora de los Remedios, San Pablo de los Dominicos, San Martín, Santa Marina, San Román, Espíritu Santo. Y si una parcela del paraje denominado "fonsario", "fosario", "güesario", "huesario de los judíos", hubiera sido insólito  enterramiento de judíos en el antiguo lecho de un río, no podía ser judería al mismo tiempo, como sí fue el caso de las necrópolis cristianas medievales dentro y alrededor de estos templos.

1) Una sinagoga con zarzera, lo nunca visto, sita en la Plaza de Santa Lucía 11. Esto es, una falsa sinagoga en el enclave donde documentos notariales en letra cortesana desde el siglo XIII certifican repetidamente "tres pares de casas y una bodega con siete cubas", que fue heredada por el Cabildo en 1432, que tras el tsunami de la desamortización y enajenación del falso judío Mendizábal en 1836 fue de libre designación, que fue luego amputada y troceada tras la riada del Duero que en diciembre de 1860 arrasó doscientas casas en la zona, que luego ha sido reconstruida totalmente, según el registro del catastro, en 1900 el nº 11 y en 1930 el nº 10, y que fue nombrada como “cueva árabe” para copas, y le fue adjudicado en 1971 por Andrés Sánchez Pérez que venía ya fatigado del Rif, cierto estilo “árabe califal”, y que en 2010 el ínclito neosefardista advenedizo y cabalista empedernido, retornado de Argentina, Mario Javier Saban, descristianizador de Jesús de Nazaret, forzó la reconversión al judaísmo para el vino kosher. Pues viene el indiano poeta cubano Jesús Jambrina y no tiene empacho en colgar en el frontispicio y en la trasera el reclamo publicitario de “Sinagoga” con el símbolo de la menorah, y catalogarla como “la sinagoga más antigua de España”, reventando así las “Antiquitates Hebraicae”, para pasmo de Occidente, asombro de incautos turistas, complacencia de Javier García que tiene dificultad en vender posesiones en la zona, y socarronería de vecinos autóctonos. Pero ese recinto subterráneo de 12x4 pasos es solo una parte de una bodega con galerías en las casas contiguas, semejante a una docena de bodegas en un radio de cien metros, y alguna conserva cuba de roble de 700 cántaros, de entre las docenas de bodegas en la ciudad documentadas una a una con nombres y apellidos de cristianos en el siglo XV , catalogadas con sus tipos de vinos en tiempos de Carlos V 1535, censadas por el Marqués de la Enseñada en 1750, listadas a finales del XIX en la capital de la Tierra del Pan y del Vino, entre ciento veinte “cosecheros de vino”, además de otros tantos consignados como de “vinos y aguardientes”. “La realidad es que esas cualidades acústicas son comunes en los recintos abovedados” ... “En efecto, no tenemos ninguna evidencia de que fuera un espacio utilizado como sinagoga, y sí muchas analogías con las bodegas de vino que se reparten por toda la cuenca, desde Aranda de Duero a Zamora. La realidad así lo muestra” (Manifestación escrita de los arquitectos invocados por Jesús Jambrina para judaizar la bodega). Arriba de Santa Eulalia hay una bodega con diseño muy semejante, sobre la que Jambrina ya había metido la nariz y salió respingado. Bodega, no sinagoga en Santa Lucía.

2) Otra falsa sinagoga jambrinista por inducción en 1959 del serendipitious turista americano David Sidney Markmann, y otros errados historiadores pasados. Pero que está documentada en pergamino como la Iglesia de San Julián del Mercado, estatuida "iuxta pontem" como iglesia "sancti iuliani" en 1167 por los “mercatoribus” cristianos, entre Tajamar y las Ollas por concesión del obispo Esteban, luego sede de hospital y cofradía de peleteros “para bien de los pobres en Cristo”. Hoy en la calle Ignacio Gazapo (apellido de un judío de La Lana en 1476) así renombrada según propuesta municipal de 1906. La iglesia está indicada con precisión como "Parroquia San Julián", frente al Pajar del Rey en mapas y planos de Robelin, Zermeño, Coello, Pérez, Augier, Represa, y señalada como “iglesia sin uso” en planos del urbanismo municipal después del diluvio de 1861. Es iglesia, no sinagoga falsa.

3) Otra falsa sinagoga en la Puerta de la Feria a donde lleva el flautista Jambrina su cohorte de turistas encantados, pero que según privilegio signado sobre pergamino, en latín, en 1151, es la "iglesia de santa maría de veiga" del Valderaduey y del Valorio, en la colación de su nombre, o Barrio de Olleros. La “intervención” arqueológica en 2002, descapota el conjunto de casa y cuadra "enagenado", saca a la luz el recinto con los canecillos románicos locales, luce en el frontispicio del portal la inscripción “Obiit Famulus Dei Petrus + Era MCCCV” (año 1267), muestra restos de motivos cristianos en pinturas del interior, semejantes a las del vecino monasterio del Espíritu Santo, y descoyunta los huesos que descansaban en paz esperando el sonido de la trompeta final, cuando les llegó el monotono de la pala mecánica. Iglesia, no sinagoga falsa en La Feria.

1) Una documentada sinagoga donada por una judía convertida, que Juan Alfonso de Benevento propone consagrar como "ecclesiam et hospitale pauperum christifidelium", localizada imprecisamente como “cerca de Santa María la Nueva”, y según otras citas “en la cruz de la Rúa” de los Francos, o en la calle "Moreno", cerca de San Cipriano, de la que hoy no se identifica en excavaciones arqueológicas hechas, nada de lo que pudo haber habido de judío.

2) Otra supuesta sinagoga donde Jambrina pone una pica turística, en el preciso suelo donde estaba la iglesia medieval de Santa Ana, madre de la madre de Jesús, de Nazaret, que da nombre a la puerta de la Muralla, y otra, o la misma sinagoga en el mismo barrio de La Lana, la Muralla, o Mancebería, ésta, sí, documentada desde 1492, y confiada a la cofradía de San Sebastián para hacer iglesia y hospital (construida en 1506-7), hoy sin vestigio material ni de sinagoga ni de iglesia ni de hospital en la plaza del mismo nombre, junto a la Totolate, donde comprábamos helados de limón en 1953.

1) Por el Prado Tuerto, hoy enterrado bajo el cemento de los Ministerios verticales, se inventa el necrofílico Jesús Jambrina un cementerio judío, allí donde saltábamos en los años cincuenta por entre las tumbas excavadas en roca, no datadas ni identificadas por don Tomás García Garnacho “por mis limitadas luces”, dice el buen académico, en 1879. Se devanan los sesos y se dejan las uñas excavando los arqueólogos y antropólogos para dilucidar la datación y va el iluminado poeta cubano y se adjudica como reclamo turístico sefardi los vestigios de la edad de la piedra, del bronce o del hierro, tardoantiguos, tardorromanos, tardovisigodos o tardomedievales. Los yacimientos contiguos de Santo Domingo del Vayo, como los mostrados en el Museo Provincial de Zamora, pudieran ser anteriores a Abraham, pero Jesús Jambrina recurre entonces a la aviesa leyenda toledana de que Zamora fue fundada por judíos cautivos de Nabuco, que en ese caso habrían de ser anteriores al Calcolítico.

2) Una tierra citada como linde de una finca del Cabildo, con el topónimo de "fonsario de los judíos" en 1447, donada a los dominicos por los RRCC en 1492, y que fue trescientos años después "enagenada" por ley del falso judío Mendizábal que exclaustró y expulsó a los religiosos, con lo que desapareció el menor rastro del convento, la tierra se subastó y fue rematada en tres mil reales. Son 2000 m2, y no 33.000 como dice el poste del ayuntamiento con Jambrina (en todo caso, toda la finca subastada sería de 3,3 hectáreas, no "3,3 áreas" como yerra el poste), terreno suficiente para sepulcros de todos los muertos en la historia desde foso de Zamora, fueran moros, judíos, cristianos, hasta hoy y por los siglos, según vamos. Está la dicha tierra en el lecho del  antiguo cauce del Valderaduey, donde se documentan huertas, herreñal, viñas, y otros usos, incompatible con un cementerio judío, como debería saber Jambrina y más el presidente de las comunidades sefardies y orientales en Jerusalén, Abraham Haim, que montó in situ una escena patética en 2014, con la bendición de la alcaldesa sin que conste informe oficial valorativo. En todo caso será de este lado sur del arroyo de Valorio, nunca más allá, que al menos en el siglo XVIII era muladar de la ciudad como en Salamanca y otras ciudades, y hoy da lechugas y tomates para los Antón, Jesús Jambrina, se muere por meter la azada en busca de huesos con gen de adn sefardí, pero, fuera del terreno, en el bosque de Valorio, para así convertirlo en el valle de Josafat adelantando el fin de los tiempos, con lo que hiere sensibilidades judías más respetuosas con los muertos propios, No solo en 1879, también en 2010 y posteriormente se hicieron exploraciones con resultado negativo. Los huesos hallados en las inmediaciones del paraje denominado en el registro actual del catastro “sitio del Espíritu Santo o huesario de los judíos” entre calle Pisones, La Concha, Don Ramiro, como los de numerosos enterramientos cristianos alrededor y dentro de decenas de iglesias en la ciudad, si no los han entoñado y encalcado los constructores recientes, se igualan todos juntos en el osario municipal de San Atilano al otro lado del río, donde mondos y lirondos esperan los nuestros para el santo advenimiento., sin consideraciones a gen racial o racista.

“Un mikveh, o baño judío, datado por algunos especialistas como erigido en el siglo XV” “Pero, ¿qué aspecto tenía aquel mikve? Es un espacio situado al fondo, con cinco peldaños para bajar al baño y un pilar que sujeta una barandilla de sillería. Lo más importante es que está construido a cielo abierto, excavado en la misma roca y con una profundidad de un metro de agua", explica, según Jambrina, "el artista delineante Alfredo 'Del Cuento'" (sic en el folleto), que reconstruyó recientemente lo que era un aljibe doméstico o desagüe a partir de filtraciones naturales en la muralla como hay decenas más por los alrededores de la peña tajada de San Simón y el Museo Provincial, a la laguna de San Lázaro donde desembocaba la calle del Riego, con numerosas excavaciones en roca, que si repararan los inventores del neosefardismo turístico, los tomarían por piscina à la Betsavé, de lo que sabe bien el amigo restaurador mentado. He conocido por dentro desde 1968 el enclave aún sin reconvertir en antigüedad arqueológica, primero romana y luego judía, para la hostelería S.L., en espera de una etapa más próspera sin necesidad de pufos históricos como reclamo.

Un sillar arañado, con un grafiti de supuesto diseño de menorah hanukah proveniente de supuesta sinagoga supuestamente destruida por cristianos, supuestamente reutilizada en la jamba románica original de San Ildefonso, puerta norte, según un supuesto sefardista llamado Asencio, es sujeto de elucubraciones  con mala idea, sin base alguna arqueológica, arquitectónica e histórica. La piedra engarzada a ras de suelo en el portal románico cegado durante siglos y transformado en tardogótico y neoclásico desde el siglo XVI hasta la invervención que la invierte en 1989, presenta el diseño de un signo de cruz con los aros del mundo como en las veletas de la capilla de la Purísima y de la propia torre, semejante a las veletas del entorno, igual al de otras cruces ralladas en sillares del portal sur de la misma iglesia, y a otros muchos signos de cruz rallados no por cantero, sino como símbolo funerario en las jambas de los portales de otras veinte iglesias románicas en Zamora, según se muestra en esta web (“Cruces en portales románicos”)

Jesús Jambrina ostenta ufano una llave boomerang, de una cerradura, de una puerta, de una sinagoga, de una judería, supuestamente de la ciudad de Zamora, cuando lo único seguro, es que no se trata de una de las llaves que reclaman y blanden como símbolo trágico los cinco millones de palestinos desde hace setenta años expulsados a sangre y fuego, eso sí que es una "expulsión" enmendable en parte, alojados en campos de refugiados si no cayeron bajo los tanques y misiles de la Nakba que no cesa. El negacionismo israelí, judío y también "sefardí" (A.Haim), de la expulsión de palestinos, es ignominioso.

Y otros más vestigios materiales que Jesús Jambrina espera sacarse de la manga para su ruta turística sefardi fantasma. Si el obispo Martín en 1211 dispuso en un cofre leche de la Virgen María en los cimientos de la abadía del Espíritu Santo, bien puede Jambrina dar en las proximidades con la prueba biológica de judaísmo de Campanton o con el corazón desaparecido del pañuelo al desdichado Benito García de las Mesuras.

El mismo Jesús Jambrina con Abraham Haim promociona la ruta quijotesca por Sanabria, del ingenioso hidalgo Don Miguel de Cervantes Saavedra como criptojudío sanabrés, siguiendo al inefable farsante Leandro Rodríguez (réplica en esta web ya escrita en 2013 y comunicada a él mismo. La ruta es un producto turístico falso con falsa propaganda, eso tiene un nombre), con otras invenciones cabalísticas, propaladas en los pseudo­congresos sefardistas, despreciadores de todo fundamento historiográfico sobre Cervantes quien se manifiesta en sus obras literarias y vitales como cristiano católico romano, más bien antijudío, y que, en más de dos mil documentos acreditados, no hay atisbos de que hubiera pisado el cuadrante noroeste de la diagonal Simancas-Finisterre.

Las implicaciones ideológicas históricas y culturales de los infundios como el de que “Zamora es una ciudad conversa” (¡¿de qué a qué?!) merecen consideración aparte por su pretensión, además de ignorante, vindicativa y revanchista, adulteradora del judaísmo, del cristianismo y del paganismo. Si no existen vestigios materiales de la estancia de judíos en la ciudad, no es por "tres siglos de Inquisición", como dice Jambrina, cuando sí los hay en otros muchos lugares con más Inquisición. La escasez de enfrentamientos en Zamora es un indicio de la escasa presencia de población de judíos, solo algunos ya avanzado el siglo XIV. El fuero histórico de la ciudad prescribía, con sanciones para su incumplimiento: "De heredade non vender foras a vezino de Çamora", "sino a vecino de Zamora", y solo el Ordenamiento de Alcalá lo cambió con condiciones en 1348. Que es cuando empiezan a constar judíos vecinos en Zamora.

Los datos aquí presentados como propuestos por Jesús Jambrina, aparecen publicados en los periódicos locales, especialmente en las decenas de publirreportajes desde 2010 en “La opinión de Zamora” mayormente redactados por el interesado en el asunto, José María Sadia, así como en las webs del sefardismo global, tarbutsefarad.com/zamora.html, zamorasefardi.com, centrocampaton.com, e-sefarad, etc. y sus nudos internacionales

SELFY PALEOGRÁFICO

Merece mención especial en el enredo, la presidenta de la célula Tarbut Sefarad Zamora, María Antonia Muriel Sastre. Se inventa "cinco sinagogas" solo en los Barrios Bajos sin saber dónde ponerlas. Por solo tomar una muestra. Para falsear "la opinión de zamora" se hace un selfy con un documento que dice haber localizado ella, cuando lo ha leído comentado, pero en sentido contrario, en María Fuencisla García Casar quien además lo catalogó materialmente para "El pasado judío de Zamora" 1992, y que consta transcrito íntegramente en el año 2000 en Fernando Ladero Quesada, "El Libro de Propios" pg. 197. Muriel hace decir a García Casar que Ignacio Gazapo 5 fue sinagoga antes de garage, cuando es falso. La doctora hebraísta en la Universidad Salamanca argumenta la imposibilidad de esa opción. Por mí corroborada gráficamente en la cartografía militar para el cuartel de caballería en 1721, 1766, que pone en el enclave exacto de Ignacio Gazapo 5 una cruz o la leyenda de Robelin "E" ,"paroisse St. Julian", esto es, es la Iglesia de San Julián del Mercado constituida por los "mercatoribus" de cuando el obispo Esteban por 1167 (pergamino sellado, en el ACZA), y que en los planos municipales de 1861 consta como "iglesia sin uso" (AHPZA). Un deSastre historiográfico. ¿Solo?

LOS SIETE SABIOS GIGANTES DE ZAMORA

Recientemente ha consumado su pertinacia pseudohistórica el osado Jesús Jambrina publicando un panfleto que es puro copypega arramplando párrafos enteros de otros libros y de catálogos publicados, para reinterpretarlos con el objetivo de explotar una ruta turística sefardista insostenible en la ciudad de Zamora, incorporando todos los disparates reseñados y algunos de mayor calado ideológico, que iremos mostrando, D.d. Un librito que en ochenta páginitas de 20 cm acumula 60 párrafos de una autora, 20 párrafos de otros tres autores y decenas de otros más, no puede erigirse "como referencia para los investigadores del futuro", cuando Jambrina no da muestras de saber leer letra gótica o cortesana en ninguno de los documentos resumidos y transcritos por otros. Hay centenares de documentos medievales sobre el tema que Jambrina escamotea, como los códigos legales antiguos desde los visigodos y los acuerdos de las Cortes de León y Castilla desde Alfonso X hasta Carlos I, que implican a Zamora y los judíos.

Es vergonzoso que estos desaprensivos, que hacen ostentación de los típicos tópicos, pretendan imponer a la ciudad de Zamora medallas de "cuatro sinagogas" por tolerar sus patrañas. Deformar la historia para conseguir adeptos y una ruta turística en la que se enseña que los judíos son solo buenos y los demás son malísimos, no es de recibo. Analicemos las cosas, los hechos y los hombres como fueron en el pasado, y aprovechemos para hacer el presente y el futuro.

Iremos publicando en este sitio documentos que desvelan la impostura haimita y jambrinita, orquestada por el periódico local "La opinión de Zamora", y otros aprovechados digitales, que teniendo en la ciudad personas solventes podrían haber consultado.

Los zamoranos llevan más de mil años viviendo la Pasión del judío más importante de la historia, más Dios y más hombre que ningún dios y que ningún hombre, de linaje más antiguo como zamorano que ningún zamorano. Algo que no pueden entender estos neosefardíes. Toda persona, y todo pueblo, como éste, que es el suyo también, porque es de todos, señores Abraham Haim, Jesús Jambrina, Mario Javier Sabán, José María Sadia, merece un respeto, y los zamoranos también.

Zamora, 2016.

 

El apellido "Alonso" lo llevaron y lo llevan también personas de ascendencia, de confesión o de adhesión judía. Pero muchas fuentes indican que "Alonso" no es apellido de origen judío sino godo, y es utilizado por variadas ramas diversificadas genética y culturalmente a lo largo de la historia. Algo parecido sucede con otras denominaciones de la lista de "apellidos judíos" de Jesús Jambrina. No necesariamente son de ascendencia judía todos lo que portan esos apellidos, por el hecho de que los lleven o los hayan llevado algunos judíos.

"Alonso" es mi apellido de padre y de madre, y yo no reniego de que mis antepasados hubieran sido judíos descendientes de Abraham, como si hubieran sido musulmanes descendientes de Mahoma, cristianos descendientes de San Pedro, o ancestros de Charles Darwin. Cuanto más se alargan las genealogías más se comprobará que todos venimos del mismo mono, del mismo Adam Kadmón, del mismo barro, o si se prefiere, mejor aún, del mismo Dios.

Soy consciente de que la materia que me hace fue polvo sideral, y volverá al polvo terrenal. Me considero heredero en todo de todos los hombres que me han precedido, y mi genética personal no me obliga a ninguna preferencia ni rechazo para con ningún grupo humano de la Tierra, pasado, presente y futuro si continúa rodando el globo terráqueo. Ello incrementa mi compromiso y mi agradecimiento con los más próximos que me han dado y han promovido mi vida.

Las complicidades genéticas vindicativas revanchistas, o reivindicaciones ventajistas, con logística cripto-proselitista como la del sefardismo mundial, no se valen, no son adecuadas para crear comunidad humana presente y futura.

En cada territorio han existido movimientos de población que crearon vida y muerte, cultura e incultura, que edificaron y destruyeron. Si algún grupo pretende retrotraer la humanidad y rebobinar la película de la historia a un punto que cree de su interés, creará desasosiego en todos los demás grupos, que tendrán sus propias preferencias sobre el punto de retorno, y habría que volver entonces al Big-bang, ya que no es seguro, ni cabalísticamente, que el relato del paraíso del Génesis haya sido una realidad.

Si en concreto en España hay que devolver las que fueron sinagogas judías, como veo exigen fogosamente en algunas webs sefardistas, vendrán los italianos a por el acueducto de Segovia, el teatro de Mérida, la ciudad de Caesaraugusta, e via dicendo. Cleopatra reclamará sus gigantescas agujas de piedra hoy en París, Londres, Nueva York; Fidias exigirá recuperar el puzle de sus relieves a los depredadores de la Gran Bretaña; a los musulmanes invasores se les reclamará la basílica desconstantinopolitanizada de "Agia Sophia"; y ellos musulmanes exigirán la recuperación de la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora como Mezquita de Córdoba, que fue edificada con materiales de la derruida por ellos, basílica paleocristiana visigótica de San Vicente, martirizado por el Emperador romano Diocleciano, iglesia que bien pudo elevarse sobre las ruinas de un templo romano dedicado al dios bifronte Jano, (no falta apoyo bíblico para meter a Tarsis y Salomón heredero del invasor fundador de la Jerusalén capital, para reclamar también derechos judíos sobre el lugar cordobés), que pudo haber estado (es mi aportación) sobre un ara sacrificial tartesia, cobijo a su tiempo del homo heidelbergensis, que dejó vestigios por la zona, y expulsó al australophitecus afarensis.

Por este territorio, hoy llamado Reino de España en los papeles, como por todas las parcelas de la Tierra, han pasado muchos grupos humanos y es de dudosa intención decidir quién tiene deudas con quién. Ahorro la enumeración de más de una docena de "pueblos", que como el judío, consta documental o arqueo­lógicamente que han venido a este territorio y han llegado a dominar bélica, cultural, religiosa o económicamente durante algún periodo. Fijar el devenir del propio philum genético para sentenciar que es el bueno y los demás son los malos, es irrisorio y sangrante. Si además del pecado original, los niños vienen hipotecados por las deudas de sus progenitores, no basta una vida de mil años para pagarlas, y más si es a los judíos. Los pecados de los padres no pasan a los hijos, y desgraciadamente las virtudes tampoco son cuestión genética. Los españoles de ahora no tienen derecho ni responsabilidad alguna sobre lo que construyeron o derruyeron sus posibles antepasados en América, en Nápoles o en Filipinas. A mí que no me pidan cuentas de lo que otros hicieron, que tampoco me arrogo sus méritos. Simplemente es historia humana, grata y penosa, gloriosa y lamentable, pero demasiado enredada como para rebobinar, destejer y retejer a gusto propio.

Los sefardíes vienen apremiando el cobro de las supuestas deudas contraídas con sus antecesores por estos pagos, sin haber hecho el preceptivo balance. Pueden comenzar los sefardíes, y esto sí se puede remediar algo aún, por devolver las casas a los seis millones de palestinos refugiados, expulsados por ellos a sangre y fuego en la orilla oriental del Mediterráneo, algunos de los cuales no fueron matados, y viven todavía. Expulsión por expulsión, todas son dolorosas en sentido humanitario, pero no hay comparación. Como les reclamen al Estado de Israel los descendientes de todos los grupos humanos de la historia todo lo que construyeron en el territorio que baña el Jordán, desde hace, pongamos, 7000 años, va a ser un buen lío, y si se lo llevan, se convertirá en un desierto. Además, de Abraham a Abraham Haim, o a Simón Peres, todos los hebreos, semitas, judíos, habidos y por haber en ese territorio, y donde se encuentren, son forasteros como cualquiera en la tierra que pisan. La tierra no es de nadie, solo tenemos prestada la tierra bajo nuestros pies, y todos seremos de ella. A ver si va a resultar que solo una etnia es dueña sola de una parcela terrestre, si no de toda la tierra (sic).

La conquista de Sefarad, pretendida por la trama de las Tarbut Sefarad, acaudillada hoy por el argentino Mario Javier Saban, como células de infiltración invasiva sionista o klalista, es una estrategia del pansemitismo imperialista, cuya cripto-maquinaria está en marcha con marketing sofisticado. El movimiento no es tan bárbaro del sur como el panarabismo que pretende recuperar como territorio de dominio musulmán desde Coimbra a la Conchinchina, ni tiene comparación con su enemigo mortal el pangermanismo bárbaro del norte que aniquiló a millones de judíos y otros grupos humanos por el afán de control mundial nacional racista. Pero tiene un tufo a infiltración proselitista mercantil disfrazada de memoria histórica, de interreligiosidad e interculturalidad, que no parece haber aprendido las terribles lecciones del pasado.

La manía actual del DNAAncestryProject, la euforia sefardí por los árboles genealógicos en busca del pedigrí de limpieza de sangre judía, es una verdadera plaga bíblica que ataca a los judíos americanos hispanos, a contracorriente del proceso acelerado de interferencias genéticas, de disolución racial, y se remonta al enfrentamiento provocado por lo que fueron razas, etnias, tribus, pueblos, naciones, deseosas no ya solo de supervivencia, sino ansiosas de expansión y de dominio, en lucha hasta la aniquilación mutua. La alineación tribal no es el camino hacia una convivencia de la humanidad diversificada y unificada, que comparte las peculiaridades.

A estas alturas de la humanidad no se puede construir ab imo un Estado con ciudadanía "nacional israelí" sobre la base del nacimiento, sobre el ius sanguinis. La consanguinidad en ninguna línea puede ser fundamento de las comunidades actuales, interraciales, interculturales, libres, abiertas a una humanidad compartida. El hombre al nacer no está fijado a su genética, a su generación, a su genealogía, no "pertenece" a raza ninguna ni biológica ni cultural, no es deudor ni acreedor de ninguna sangre, no se le puede marcar a fuego con el hierro de ninguna ganadería. El yo racial engendra el egoísmo racista.

Son extemporáneas las invocaciones pretenciosas de ser un "pueblo excepcional", un "pueblo elegido" fabricando un dios a disposición de intereses étnicos. O hay Dios para todos o no hay dios que valga. No hay Dios de verdad que vea competencia en otros dioses. Dejemos a Dios ser Dios y no lo alistemos como Führer, Dios sabaoth, Dios de los ejércitos nuestros para aniquilar los ejércitos de los enemigos que nos creamos. No metamos a Dios en nuestras batallas fratricidas, no enarbolemos estandartes bélicos con medias lunas, cruces, estrellas, o barras.

Dar nombre a las personas o a los territorios es apropiárselos, como es el caso de "Israel", o de "Sefarad" a lo que era y es España "tierra de conejos" según etimólogos solventes, no se sabe si intencionadamente. Llamar "criptojudíos" a los convertidos al Cristianismo en la España medieval, es como llamar criptoarrianos a los godos de Recaredo, convertidos en criptomusulmanes los muladíes de Abderramán, como los bizantinos otomanos de Suleimán, los budistas de la India o judíos del Norte de áfrica. En América serían criptoincas, criptopurépechas o criptosioux los habitantes de Iowa y Wisconsin, hoy La Crosse, paraje donde se asienta la Franciscan Catholic Viterbo University, de monjas franciscanas de la Adoración Perpetua, donde el Fellow Jesús Jambrina imparte “Latino Culture”, y quién sabe qué Ética. Los doce apóstoles de Jesús de Nazaret no serían sino criptojudíos que fundaron comunidades de criptorromanos. A uno de ellos se le atribuye el lema: "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" Juan 3:6.

. El criptojudío es el antimártir.

El pomposo Congreso Internacional "Reencuentro e historia de la Aljama de Zamora" del 3 al 5 de julio de 2013, celebrado en el hotel NH "Palacio del Duero", que era el convento de las Comendadoras Hospitalarias de San Juan de Jerusalén, expulsadas por el falso judío masón falso católico Mendez-Mendizábal (Caro Baroja; M.Ravina) es todo un aquelarre de frikis cabalistas.

La cientificidad de algunos ponentes expertos en vaciedades, en el Congreso del Palacio del Duero no se puede aguantar. Transmítasele al cabalístico ginebrino don Leandro Rodríguez esta última voluntad del ingenioso hidalgo don Miguel de Cervantes: "a quien advertirás, si acaso llegas a conocerle, que deje reposar en la sepultura los cansados y ya podridos huesos de don Quijote, y no le quiera llevar, contra todos los fueros de la muerte, a Castilla la Vieja (entiéndese "a Tordesillas", léase aquí "a Sanabria") haciéndole salir de la fuesa, donde real y verdaderamente yace tendido de largo a largo". Cervantes dixit.

No se puede andar a la caza cabalística del criptojudío, y cobrarse por ejemplo, al hermano profeso de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, don Miguel de Cervantes Saavedra, quien hace morir a su personaje "después de recebidos todos los sacramentos", diciendo desta suerte: "Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno". "Hizo salir la gente el cura, y quedóse solo con él y confesóle". "Hallóse el escribano presente y dijo que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Quijote". Mal negocio es interpretar el viejo apodo de "la Mancha" y loco, como supuesta condición previa de judío, y el bautismo definitivo de "el Bueno" y cuerdo, como su condición de cristiano nuevo.

El mismo Jesús de Nazaret resulta ser un criptojudío descubierto ahora por la inquisición sefardista de Mario Javier Saban, que parte del axioma de que solo es genuino de Jesús el elemento judío, y concluye que en Jesús todo es judaísmo tradicional. Así, para ese viaje no se precisan las alforjas de la crítica histórica, de la hermenéutica e historia de las formas, del análisis textual y siglos de "Leben-Jesu Forschung". Quizá con ellas se detecta en el mensaje de Jesús algo de "originalidad", de "novedad", si no se quiere ver la "distinción", la "oposición", la "negación", el "rechazo", la "superación" de algunas formas de judaísmo precedente. Si Ed Parish Sanders, es el creador de la escuela del “Jesús histórico” como dice ese émulo de J.J.Benítez, entonces San José hizo el arca de Noé. Ya, ya sabíamos que Jesús no diseñó la cúpula del Vaticano, no fundó el desgraciado "Sanctum Officium", ni firmó la encíclica "Lumen fidei". Pero no se puede entrar en el Nuevo Testamento como caballo picassiano en cacharrería. Con los principios anti histórico-exegéticos de este Saban Sagan no se podía sino "dar a la luz uno de los engendros mejor paridos a lo largo de los últimos veinte siglos" (remedo halagador del último panfleto "El judaísmo de Jesús", pg. 31). Lo mismo tiene también impacto mediático expurgar el Antiguo Testamento de las atrocidades que atribuye a Dios, y que contradicen la más elemental ética humana, si no ya la revelación reconocida en Jesús de Nazaret.

El símbolo plástico escogido como logo de 2013 es la hanukkah, o menorah macabea. El original que inspira el diseño es una pequeña piedra sillar a ras del suelo a la izquierda en el umbral del pórtico norte de la Iglesia de San Ildefonso de Zamora. «Arranca del brazo central del candelabro y tiene como soporte simbólico dos signos en forma de cruz", reza en el programa citando a Álvaro López Asensio, que no lo diferencia de una menorah mosaica. Ninguna hanukah en el mundo tiene ese diseño de cruz en la base. Pero no es que haya esculpidos "dos signos en forma de cruz" como soporte de un candelabro insostenible, es que en el centro hay una cruz de dos brazos y cabecero, terminados con el trazo esquemático de la flor de lis habitual en la iconografía cristiana medieval y en la heráldica civil y religiosa, como muestran hoy aún las veletas medievales en Zamora, y por ejemplo, los emblemas de los dominicos Guzmán. El signo de Cruz se ha escamoteado en el logo de este Congreso de 2013, como se hizo en el logo del Congreso de 1981 de don Alfonso Ramos de Castro al servicio del sefardismo sionista, quien prescinde de la cruz y la sustituye por las guardas de una llave. El símbolo sería de gran valor convivencial, en el caso de que

intencional o casualmente, estuvieran la hanukah y la cruz unidas, motivo que sería único en la historia universal desde que se crucificó a Jesús de Nazaret. La esquematización del árbol de la vida tampoco es extraña a la iconografía medieval. El dibujo no es casual, y de ser una cruz, es una más del

(fotos en esta web) del mismo trazo y semejante diseño grabadas por devoción popular, en portales de más de veinte templos medievales de Zamora en el mismísimo entorno: las jambas y fustes en la portada de los templos. Si se mira desde el mismo muro, es el modelo de la Cruz sobre el globo terráqueo, que corona la aneja capilla de la Purísima y las veletas de la mayoría de torres medievales de Zamora y entorno,

Otros sillares junto al cegado cepillo de las ánimas en el exterior de la sacristía de Santa Lucía, posterior a la iglesia original, llevan varias cruces grabadas con otros modelos, bien que están, al igual que la citada en San Ildefonso, a la altura de cualquier petroglifero o afilador de peones, como podría certificar el otrora monaguillo J.M., cuya obra perdura en la portada oeste presidida por el mancado San Pedro, cuyo distintivo, además de las llaves perdidas, vaya por Dios, es la cruz invertida, vaya por Dios. Pero no son las únicas pequeñas cruces inscritas en piedra. El signo de la Cruz inicia o preside los epígrafes funerarios que declaran "hic iacet", “hic obiit”, habituales en toda la Cristiandad, con varios ejemplos en la ciudad de Zamora, como en la portada de Santa María de la Vega o en los sillares trasplantados de San Pedro de la Nave. La cruz del sillar en el vestíbulo norte de San Ildefonso, como ese centenar de cruces, que siguen modelos de cruz latina, y otras de cruz bizantina, visigoda, con variaciones distintivas de las instituciones religiosas (dominicos, cistercienses, órdenes militares de Jerusalén, del Temple, Hospitalarias), no es marca de cantero, ni resultó por azar, ni viene de sinagoga alguna, no tiene que ver con un aprovechamiento ni acercamiento del judaísmo y la iglesia, sino que es un signo de devoción cristiana en el entorno donde reposaban los fieles difuntos, en el "jardín de la iglesia" dicen los cristianos del norte de Europa, hasta que levantaron sus huesos los restauradores escatológicos, de lo que yo mismo puedo dar fe se hizo en San Esteban hace sesenta años, y aún más recientemente en Santiago, en Santo Tomé, en el Castillo, etc.

 Una renegada cristiana católica, reconvertida al judaísmo étnico por el proselitismo judío norteamericano, doña Genie Milgrom (bautizada María Eugenia Medina), residente en Miami, según dice, de abuelos cristianos católicos cubanos emigrados de Fermoselle, viene a reprochar a los que nacimos de abuelas asentadas de tiempo en Tierra de Campos, con la soflama: "mi familia fue represaliada aquí en el siglo XV, cuando puede que no fueran muestras abuelas, sino que fueran miembros de su familia llegados a obispos y altos cargos los que injusticiaran a sus antepasados, quienes según dice, fueron falsos cristianos y falsos judíos hasta que ella ha “retornado” y se ha reconvertido al judaísmo de congresos. La racial genealogista Genie vende el folleto de "Mis 15 abuelas" ("My 15 grand­mothers") por $ 13.5. Los fieles que de una religión se pasan a otra se llaman renegados, aunque los falsos que aparentan ambas, no son lo mismo que los sinceros que viven la nueva. No faltaron ni faltan los renegados cristianos, judíos y musulmanes en ninguna época, ya sea por convicción, por miedo o por interés. Toda persecución y daño hecho a una persona es rechazable, pero todos tenemos abuelos, y si nos lanzamos a la caza de culpables por lo que hicieron ellos o se hizo con ellos hasta llegar al homínido común, lo mismo topamos con lo que no deseábamos, doña Milgrom.

Tampoco se puede aguantar el alarde del antropólogo mejicano don Carlos Zarur haciendo méritos para un doctorado en Sao Paulo, en busca de la cerradura, de la puerta, de la casa, del solar, de la supuesta judería desaparecida hace siglos en la ciudad de Zamora-España, ostentando la llave supuestamente heredada de antepasados sefardíes, y que se habrían llevado legalmente en 1492 pues no es de oro ni plata, con escala en Fez, Estambul o Salónica de donde los musulmanes habían expulsado a los cristianos. Sin pretender menoscabar el valor talismán del objeto fetiche para quien lo custodia, decenas de esas llaves ferruginosas que ya no abren puerta alguna, yacen arrumbadas vestidas de telarañas o andan de mano en mano de algún anticuario buen gitano, buen judío y mejor cristiano. Venga en buena lid ese buen sefardí a compartir mesa y mantel a mi casa y hablaremos de convivencia y de crítica histórica, sin tirarnos las llaves ni las piedras históricas a la cabeza culpabilizándonos de explotaciones, persecuciones, expulsiones e injusticias de unos y otros pueblos en el pasado y en el presente. Aparte de que es mentar la soga en casa del ahorcado. Presume satisfecho el señor Zarur de su preciosa llave envuelta en sedas y terciopelo, mientras estos mismos días seis millones de palestinos sufren en campos de refugiados entre alambradas blandiendo las llaves embarradas de sus casas para conmemorar el 65 aniversario de la Nakba provocada sangrientamente por los judíos también sefardíes sionistas, sin atisbo de remedio para los siglos. Ignominioso el que vengan aquí con una ... llave a tocar las narices.

Algunas de las sofisterías atrevidas que va propalando en sus razzías propagandísticas ese almanzor de Sefarad, el doctor Abraham Haim y su cohorte, las comento en "<

Las llaves de Sefarad y de Palestina".

Jesús Jambrina, que llevas nombre judío sobre todo nombre, te deseo un trabajo de investigación fructuoso y una estancia satisfactoria en esta ciudad de Zamora, que es tuya sin necesidad de pasar por el fielato de credenciales ideológicas, genéticas racistas ni migratorias, porque hoy felizmente es de todos, gracias a los por nacer y nacidos, a los muertos y a los vivos, a nuestros antepasados y a nuestros conciudadanos actuales, unos, zamoranos cristianos viejos, cada vez más, y otros injertos nuevos de la diáspora global.

 

Zamora, a 22 de julio de 2013.

Inicio actualizado a 16 de octubre de 2016.

Dr. Bernardo Alonso Alonso

alonSofia.com